En un deporte relativamente joven, los cambios se suceden a una mayor velocidad que en disciplinas con décadas a sus espaldas. Es por ello que el trail running vive unos momentos de crecimiento, y con ello de cambios que acabarán por modelar este deporte en los próximos años.
Al igual que pasó hace poco con otras dos disciplinas que se podrían considerar primas-hermanas, como la bicicleta de montaña y el triatlón, poco a poco el trail va descubriendo hacia dónde se encamina a nivel profesional o élite, aunque se enfrenta a varias contradicciones intrínsecas a la forma de entender este deporte.
Uno de los eventos que en menos tiempo ha logrado una mayor visibilidad en el mundo de las carreras por montaña ha sido el Campeonato del Mundo de Trail, sobre todo desde que la Federación Internacional de Atletismo (IAAF) y la Asociación Internacional de Trail Running (ITRA) unieron sus fuerzas hace un año.
Este cambio ha supuesto un relanzamiento espectacular para un deporte al que le sigue faltando una competición con todos los grandes deportistas que sirva no sólo como mero campeonato, sino como escaparate de todo un deporte que tiene ante sí un brillante futuro.
El de Portugal era el segundo Campeonato del Mundo que se organizaba a caballo entre IAAF e ITRA y ya ha dado sus primeros signos de convertirse en uno de los grandes iconos del deporte y una de sus mejores bazas de cara a dar el salto definitivo en forma de Olimpismo.
Aunque a una escala menor, hemos visto en Portugal un desfile de selecciones, corredores uniformados con los colores de sus países, equipos de apoyo oficiales… Todo eso supone para el trail running un extra en su camino al profesionalismo en el nivel de élite.
Por supuesto, esta competición no ha conseguido todavía reunir a los mejores corredores del mundo, pero sí a una buena representación. Allí estaban los ganadores del Ultra Trail Mont Blanc, de la Transgrancanaria, de la Transvulcania, los Campeones del Mundo de UltraSky, la Campeona de la Copa del Mundo de UltraSky… No estaban todos, pero sí muchos de los mejores.
Pero sí es digno de señalar cómo en estos dos años, la unión ITRA-IAAF ha logrado poner en valor un Campeonato un tanto denostado por los aficionados del trail más puro, y poco a poco se está convirtiendo en un Campeonato más y más atractivo para los corredores de élite.
Y eso, unido a ir de la mano con una de las federaciones más influyentes del Comité Olímpico Internacional podría abreviar un espinoso camino: el que lleva a los Juegos Olímpicos. Más allá del debate de si sería positivo o negativo para el deporte en sí, este campeonato ha sido una muestra de que sí es posible ver un ultra trail dentro del menú olímpico.
Eso sí, todavía quedan por vencer algunas reticencias que el trail ha tenido desde el comienzo; algunas marcas no están cómodas viendo correr a sus corredores con material de otras marcas e incluso se ha vivido un boicot por parte de algunos corredores por el simple hecho de que la salida no sea conjunta entre populares y élites.
Poco a poco, estas asperezas se irán limando, como ha ocurrido en todos los demás deportes; así, este Campeonato del Mundo de Trail sí parece que puede ser la carrera que sea capaz de aunar cada año a los mejores corredores del mundo, algo que los aficionados del trail desean y que todavía no han podido ver.

La otra fuerte apuesta de la ITRA, el Ultra Trail World Tour, de momento no está consiguiendo los objetivos que tenían en mente, pero en este caso, la unión de la IAAF y la ITRA, y por tanto, de las distintas federaciones nacionales de atletismo, parece haber sido el factor que ha acabado por decantar la moneda.
El año pasado fue en Francia. Este en Portugal. El siguiente en Italia y en 2018 será en España. El siguiente movimiento debería ser que este Campeonato se fuera a otros lugares: Asia, Estados Unidos y América Latina serían los destinos más lógicos para ir logrando una mayor implicación y que cada año los mejores corredores de cada país luchen por ser seleccionados para una cita que podría acabar convirtiéndose en el catalizador de la profesionalización de un deporte que a día de hoy es profundamente amateur incluso entre los atletas de élite.
Está por ver los contras que esto pueda traer, pocos o ninguno para los corredores aficionados y algunos para los corredores de élite, pero lo que sí esperamos es que este Campeonato del Mundo de Trail acabe de ayudar a un deporte a hacerse mayor de edad tras una dulce infancia y una rebelde adolescencia.