Tal y como ocurriera el año pasado, y tantos otros anteriormente, la Barkley Marathons 2019 finalizó sin ningún corredor en la línea de llegada. Ninguno de los participantes consiguió terminar una de las pruebas más originales pero también sádicas del planeta.
Las condiciones meteorológicas, con fuertes lluvias, granizo y bruscos cambios de temperaturas, unida a un recorrido sin marcar y lleno de incertidumbre acabaron con los sueños finisher de las 40 personas que tomaron la salida. Estadísticamente, era lo previsible: solo 15 corredores lo habían conseguido en las 31 ediciones anteriores.
El dentista belga Karel Sabbe fue en esta ocasión el que más lejos llegó. Tras más de 40 horas en este viaje sin ley por el bosque de Frozen Head, este treintañero, con récords prestigiosos en su haber como el del Pacific Crest Trail o el del Appalachian Trail, decidía poner fin al desafío. Completó cuatro de los cinco bucles de los que se compone este recorrido, de algo más de 100 millas y 20.000 m de desnivel, y fue la última esperanza para la multitud de seguidores de este prueba ya convertida en un fenómeno global.
El penúltimo superviviente fue Greig Hamilton, que también empezó el cuarto loop, mientras que la tripleta formada por Guillaume Calmettes, Tomokazu Ihara, Johan Steene y Jamil Coury entraba por los pelos dentro del ‘Fun Run’, los tres primeros bucles en un tiempo de 28 horas.
“Sé lo que los cinco bucles te exigen y me he dado cuenta de que no tenía tanta motivación. Ya no me estaba divirtiendo. Lamento cualquier decepción”. Estas palabras pronunciadas por John Kelly, el último vencedor de BM 100, hablan mucho de lo que se vivió en esta carrera en la que también Jared Campbell, la única persona que ha conseguido terminarla en tres ocasiones, tuvo que renunciar lesionado.
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