La organización del UTMB clausuraba el pasado domingo una nueva edición de la mediática carrera del Mont Blanc. Durante una semana aficionados al trail llegados desde todos los rincones del mundo llenan las calles de Chamonix para vivir una de las experiencias más increíbles de sus vidas. A día de hoy, casi una semana después de la finalización del evento, serán muchos los que todavía sienten en sus piernas la dureza de una prueba que no deja a nadie indiferente. No, tampoco a los François D’Haene y Courtney Dauwalter, quienes completaron una carrera digna de análisis. Vamos a ello.
El UTMB está marcado cada año por el abandono de atletas importantes y este 2021 no iba a ser diferente. La competición sufrió importantes bajas, tanto en categoría masculina como femenina, entre ellos los españoles.
Desde los primeros compases de carrera, a su paso por Saint Gervais hasta Les Contamines, el grupo masculino estuvo formado por numerosos atletas de alto nivel. Nadie quería arriesgar, todos mantenían el control sobre ellos mismos y una calma muy férrea para poder afrontar con fuerzas la dura noche alpina. Jordi Gamito decidió marcar el ritmo del grupo, con una salida en la que se mostró muy fuerte, lo que llevó a aventajarse hasta tres minutos con sus rivales a su paso por Saint Gervais, donde Remigio Huaman le tomó el relevo liderando en el emblemático ascenso de la Notre Dame de la Gorge.
Tras ellos un amplio grupo formado por grandes corredores como Pablo Villa, François D’Haene, Aurélien Dunand o Jim Walmsley, entre otros. Se les veía cómodos, disfrutando del ambiente. Y es que todavía era demasiado pronto para llevar a cabo un cambio en la carrera.
En la carrera femenina, una Courtney Dauwalter muy sólida y sin sufrir ni forzar en absoluto lideraba la carrera. No parecían importarle los parciales, su única motivación era ir sumando kilómetros y ver dónde hasta donde le llevaba su estrategia. Tras ella, el grupo perseguidor, mantuvo un ritmo mucho más elevado que en ediciones anteriores. A su paso por Saint Gervais, Maite Maiora ocupaba el tercer puesto en féminas. Un poco más adelante a su paso por Les Contamines el grupo lanzaba un pequeño cambio de ritmo, lo que provocó que llegaran más distanciadas a la subida de Notre Dame. El top 10 era de altísimo nivel con nombres como Beth Pascal, Mimi Kotka, Katie Schide, Camille Bruyas, Maite Maiora y Ragna debats optaban a una posición de honor.
Había quien comenzaba a hablar de la posibilidad de rebajar los tiempos récord de la prueba, algo que no parecía tan posible en categoría masculina, pero sí en la femenina. Y es que Courtney a su paso por el km34 iba 10 minutos por delante del parcial que había conseguido en 2019. Pero, lo dicho, esto no había hecho más que empezar y todavía quedaban muchos kilómetros por delante.
Entraba la noche y comenzaban los grandes cambios. Se adentraban en una de las zonas clave de esta UTMB, el tramo que une Col de Bonhomme hasta Courmayeur ( Km 90). En las proximidades a Cormayeur se sucedieron numerosos abandonos, grandes nombres se retiraban y otros tantos comenzaban a perder puestos El siguiente punto determinante nos citaba en Champex Lac ( km127)

Champex – Lac, punto clave de carrera
Si hablamos de uno de los puntos clave para muchos de los corredores, sin duda tenemos que hacerlo de Champex Lac. En este punto Courtney ya aventajaba su propio tiempo en 28 minutos respecto al año 2019. La segunda clasificada en ese punto era Mimmi Kotka, que pasaba por el icónico lago 36 minutos más tarde que su antecesora. Mientras Camille Bruyas lo hacía 45 minutos más tarde.
Una vez pasado este icónico lugar, tanto chicos como chicas ponían rumbo hacia la parte más determinante de la prueba, aquella en la que entran en juego la resistencia física, pero también la mental. Comenzaba la carrera.
François D’Haene era quien tomaba el mando en el ascenso hasta La Giéte, con sus perseguidores intercambiándose algún puesto hasta casi la misma meta en Chamonix. Aurélien Dunand siempre estuvo presente en el grupo que lideró la competición, lo hacía con un ritmo sólido y consistente que le permitía aumentar la distancia con Germain Grangier, Mathieu Blanchard y Ludovic Pomeret que mantenían una bonita lucha por la tercera plaza del podio.
En categoría femenina, Courtney Dauwalter demostraba que la única lucha que iba a mantener durante esta UTMB era con su cronómetro y con ella misma. Se encontraba entre los diez primeros clasificados de la general, dando una lección a todos los asistentes de fortaleza no solo física, sino también mental.
Tras la norteamericana Mimmi Kotka comenzaba a perder tiempo respecto a Camille Bruyas, quien realizó un cambió de ritmo que le permitió, como se dice en el argot, entrar en carrera.

Seguía habiendo mucha carrera por delante y los atletas llegaban a Vallorcine, otro de los puntos claves del UTMB. Se trata del tercer avituallamiento con asistencia personal y es un punto en el que suelen producirse muchos abandonos, así como gestarse otras tantas victorias.
François seguía aumentando la diferencia con sus perseguidores, pero sin lograr mejorar los parciales que Pau Capell marcó en 2019, por lo que solo tenía que pensar en mantener un ritmo constante evadiendo los malos pensamientos y los posibles dolores. El segundo puesto de la clasificación provisional era para Aurélien Dunand, quien parecía que lo tenía todo controlado para cruzar la meta en esta posición.
Courtney Dauwalter continuaba con un ritmo infernal posicionándose en un top 6 de la general, destrozando sus parciales del año 2019 y marcando una diferencia de más de 1 hora con su perseguidora Mimi Kotka; mientras Camille Bruyas seguía recortando distancia respecto a la segunda clasificada.
Desde Vallorcine hasta Tête Aux Vents el recorrido es un verdadero calvario, una zona corrible siempre con inclinación hacia arriba que gana en un primer lugar hasta el Col de Montets 300 metros de desnivel positivo en un continuo sube y baja donde las fuerzas ya escasean. Desde aquí les esperan 700 metros positivos de ascenso muy duros y verticales con las temidas «zetas» como protagonistas. Un tramo que en ediciones anteriores se ha convertido en la gran protagonistas para definiendo el podio final.
Francois D´Haene continuaba con su liderato, lo hacía con una diferencia de 10 minutos frente Aurélien Dunand, lo que lo convertía en prácticamente el vencedor ya a su paso por la Flégère. Allí llegaba en solitario y disfrutando comenzó la bajada hasta Chamonix, lo hacía con paso firme y ligero.
En tercera posición al paso de la carrera por Tête Auxiliadora Vents era Mathieu Blanchard quien ocupaba el tercer escalón del podio; mientras el grupo perseguidor estaba formado por Germain, que sufría con la dureza del terreno y el ascenso al Col de Monsets, y era adelantado por su compatriota Ludovic Pomeret.
Con el pódium bien definido a su paso por La Flégère, solo era cuestión de minutos esperar a los 3 ocupantes del cajón en la plaza de Chamonix, el ambiente era increíble.

En categoría femenina, Courtney Dauwalter, seguía destrozando sus antiguos parciales, mejorando a su paso por Vallorcine en 1 hora 30 minutos respecto el 2019, algo que se tornaba épico. Increíble la fortaleza de la americana.
En el grupo perseguidor Camille Bruyas daba caza a Mimmi Kotka, con un cambio de ritmo importante para poder asegurarse una segunda plaza en tan ansiado pódium. Las diferencias aumentaron entre el 2º y 3º puesto, pues volvemos a repetir la subida a Tete Aux Vents es muy dura, tanto fue la diferencia que Bruyas en meta consiguió aventajar a Kotka en 1 hora. Es importante destacar que la distancia que separa Vallorcine con Chamonix es de 18 kilómetros.
El podium masculino ; Francois D´Haene (20:45:59) Aurelien Dunaz (20:58:31) Mathieu Blanchard (21:12:43)
El podium femenino; Courtney Dauwalter (22:30:55 new record) Camille Bruyas (24:09:42) Mimi Kotka (25:08:30)
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